A él le gustaba mucho escribir, desde niño lo hizo, sin embargo, sus textos no se acercaban a los géneros usuales: no escribía cuentos, tampoco poesía, su narrativa llegaba más a los versos y a las rimas, en las que además expresaba situaciones que veía todos los días. Fue ahí cuando encontró el rap.
Los versos de Flaco Flow y Melanina, JHT y 50 Cent lo tocaron tan profundamente que, años después, lo convertirían en un apasionado por educar utilizando la música y el Hip Hop. Aunque creció en Bogotá, su llegada a Cali se dio cuando era un adolescente. En ese entonces ya eran Los Aldeanos, Los Nandez, Matanza Danza, Porta, Nach y ZPU los encargados de afianzar su idea de dedicarse a escribir versos.
Esta pasión lo impulsó a buscar iniciativas que lo acercaran más al rap. Fue entonces cuando encontró Desmovilizando Calles. Este proyecto se ha venido afianzando como uno de los más importantes en el Oriente de Cali, pues, como su nombre lo indica, les da a los jóvenes del sector alternativas distintas a las de la violencia y las pandillas: reincorporarse al futbol, a la música y a la cultura para seguir viviendo.
Cuenta Alberto que la transformación que han visto en muchos de sus asistentes ha sido sorprendente. “Recuerdo a un muchacho que estaba muy metido en el mundo de las pandillas. Él, para donde fuéramos, hablaba de las fronteras invisibles; nos decía cosas como que de esa esquina no podía pasar porque si lo veían los del otro grupo lo mataban. Pero poco a poco, a través de lo que hemos hecho, fue soltando ese mundo y conseguimos que ya pueda andar tranquilo entre los barrios sin tener miedo. Eso fue muy importante para nosotros”.