graffiti
Nando OBDC
Si en muchos países del mundo, el ser grafitero es sinónimo de delincuente, en Cuba los asemejan a disidentes, opositores o hasta contrarrevolucionarios. Así lo ha vivido Fernando (28 años), un artista plástico emergente y de graffiti, y que tiene como sello un peón de ajedrez. Su pasión, la ha descubierto sobre todo por fuera de la isla, es ir armado con aerosoles, llenando las paredes con piezas vandal.
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