Uno contra uno, el ambiente se prende. Tres jurados, un presentador, una rueda de gente, manos arriba, cuatro entradas por MC, beats y mezclas: así son las batallas en la biblioteca distrital Jorge Artel de Cartagena. ¡Tres, dos, uno, Pyramide! colectivo artístico de Hip Hop cartagenero que ha batallado en escenarios culturales contra estigmas y racismos aún presentes en la ciudad amurallada. La biblioteca fue el comienzo, pero ya han tejido una red que conecta diferentes ciudades de Chile y Colombia.
Por: Testa
Cartagena es un péndulo que va de la opulencia a la miseria en un literal parpadeo. Así lo cuenta el poeta y escritor cartagenero Jorge Artel: “Tú ere el grito y la sangre, de lo que estamo abajo, de lo que tenemo hambre y no tenemo trabajo”. Por ello, no es casualidad que alrededor de una historia plagada de ignominia, gravite la alegría, la hospitalidad, el rap y las circunstancias que dieron pie para que La Pyramide se haya fundado en las afueras de la biblioteca que lleva el nombre de este poeta. “Artel está en el sur oriente de la ciudad: tú vas por la avenida principal, te metes a una profundidad de 800 metros, te encuentras con una calle de separación de doble carril y posteriormente giras por una curva bastante pronunciada y tiras fondo. Sigues derecho y a mano izquierda está la biblioteca y el arroyo. Ahí comenzó todo”, asegura Carls, contador público, cartagenero y uno de los motores del colectivo.AK Barrera.
Existía un estigma grande hacia las personas que decidían reunirse y pasar su tiempo cerca de la Biblioteca. “Por estar acá nos señalaban de marihuaneros o rateros. Claro, algunos fumábamos, pero no íbamos solo a consumir, sino también a rapear, a bailar, a activar el ambiente. Tiempo después la policía pasaba y nos dejaba seguir con lo nuestro” recuerda Carls. Poco a poco fueron ellos mismos quienes rescataron el lugar y se ganaron el respeto de los vecinos, de la policía, de los mismos funcionaros de la biblioteca y el de la escena Hip Hop de Cartagena.
Esto sucedió en el 2016, de vacile, eran siete amigos (Leyner, Picasso, Alfre2, Juan Carlos, Vintage, Black Licona y Fruko) con un parlante electrónico y ganas de pasar el tiempo escuchando pistas, componiendo líricas y bailando. Todos los miércoles en la noche se reunían cerca de la biblioteca, su persistencia motivó a más gente y pronto el nombre de La Pyramide comenzó a resonar en la Cartagena no turística. A partir de ahí se organizaron como una organización de freestyle y se convirtieron en una alternativa en la escena Hip Hop, pues no existían espacios de esparcimiento y encuentro cultural. “Sin querer queriendo, los MC’s comenzaron a demostrar y perfeccionar sus habilidades y disciplinas. Ahora somos una de las organizaciones de freestyle más estructuradas en el caribe colombiano, promoviendo ligas como BDM, ACDP Zoo, Sangre Inca, Festihop y Supremacía a nivel local, nacional e internacional”, comenta uno de los MC.Cartagena.
Las transformaciones generales llevaron a las individuales, pues muchos de las y los integrantes provienen de esa Cartagena que se construyó de espalda a la pompa de la ciudad amurallada, son los abandonados a la fatídica servidumbre al blanco, al turista. “Yo sin el Hip Hop estaría en una oficina de 3 por 2 metros, sin autoestima y sin haber tenido la oportunidad de viajar a tantos lugares y de conocer a tantas personas. En La Pyramide eres importante por lo que eres: por tu talento. No tienes necesidad de estar aparentando ni de humillarte”, enfatiza uno de sus integrantes. Por eso aquí el slogan es: más free, menos fakes.
Quieren seguir creciendo y por eso son conscientes de que deben perfeccionar su línea de educación popular y mejorar las metodologías para impactar más duro los escenarios donde reina la bachata, el reggaetón o el vallenato diomedista. A la vez, le apuestan a cambiar el imaginario, casi un tabú, que hay detrás del Hip Hop. “Cuando la gente ve que uno no saca una pistola o un chuchillo, sino líricas y beats, le van cogiendo respeto a uno y también al proyecto” menciona Carls.
Las actividades de La Pyramide ya no solo activan a Cartagena; Barranquilla, Santa Marta, Medellín, Bogotá y, ciudades chilenas, como Antofagasta, Calama, Iquique, Mejillones y Santiago hacen parte de la red que ha construido este proyecto en estos años.
La conexión entre Colombia y Chile les permitió cumplir uno de sus propósitos, ser una plataforma en la que niñas, niños y jóvenes vean otras alternativas de vida por medio de la cultura Hip Hop (rap, break dance, graffiti) para cambiar realidades y luchar contra las tentaciones del dinero fácil. “Somos una plataforma en crecimiento, con muchas habilidades, pero con muchas problemáticas. Nos gustaría tener una disquera, sacar cada vez más nuestra propia música, mejorar las artes escénicas, tener mejores consolas y gestionar buenos contratos. Que los niños encuentren esa oportunidad. Esa es la transformación a la que le apostamos acá en Colombia” afirma Carls.
Y como señala Gustavo, MC chileno del desierto de Atacama: “la cultura Hip Hop es poesía, es la expresión de nuestra realidad, la que soñamos. Es el verso que hace vibrar nuestras vidas al compás de una lírica”. Y lo lograron uniendo las ciudades colombianas y chilenas para crear y consolidar una liga de freestyle que intercambia saberes, conocimiento y hace batallar campeones.
Porque La Pyramide también es una liga que forma gente y los pone a competir. De allí salió Picasso, el campeón regional de la costa caribe de Redbull. Junto a él se formó Puma, Ginno, Zarate MC, Juandi, Infinity y otros MC’s cartageneros. Liga o plataforma, hay jóvenes latinoamericanos que cada vez son más, organizan más eventos, montan más tarimas y hacen más batallas. “La Pyramide tiene como objetivo principal hacer conexiones, como una plataforma de talento, de amigos y que sea un trampolín para buscar sueños” dice Julieth, chilena de 33 años de la ciudad de Calama.