El Centro Cultural de Moravia funciona como la sede de esta poderosa iniciativa que hoy trabaja por una de sus más grandes metas: crear una escuela de hip hop que abra espacio para niños y niñas que, cuando crezcan, representen al barrio con hip hop.
Por: Santiago Cembrano
Se llamaba SonoriRap y era un proyecto desarrollado a partir de la beca Praxis Estudio Audiovisual. Consistía en grabar sonidos del barrio Moravia, en la zona centro oriental de Medellín: el bus, los niños, los músicos, la calle. Estos luego serían parte de instrumentales de rap sobre las que MCs del barrio dejarían sus rimas. De este taller, que involucró a la comunidad de Moravia, salieron canciones. Entre los participantes hubo un entendimiento a través de su escritura y su música y siguieron trabajando. Meses después decidieron armar un grupo que representara a Moravia. Era 2018.
El grupo se llamó Moravia City Rappers. El nombre lo eligió Pino El Bardo, líder tanto de la agrupación como del proyecto inicial, que solía publicitar su música con el hashtag #MoraviaCity. “Se me ocurrió agregarle el <<Rappers>> y que fuera un grupo que resaltara la identidad del barrio. En mis canciones hablo del barrio y me conocen porque soy de Moravia. Chimba también que de una vez lo conozcan a uno nombrando el grupo”, explica.
Hay un factor principal que impulsó el surgimiento de Moravia City Rappers: las ganas de hacer rap, junto con su experimentación de sonidos. A partir de SonoriRap se dieron cuenta de que se entendían y trabajaban bien juntos. Con ese experimento pudieron transformar lo que era considerado ruido y hacer música. En parte, en eso consiste el rap: recoger pedazos y trozos de todo tipo de sonidos y darles un nuevo sentido a través de la experiencia propia. Es lo que pasa en Moravia con esta agrupación desde hace dos años.
Claro, no se puede hablar de Moravia City Rappers sin profundizar en Pino El Bardo. “Yo vengo hace rato con el rap, muy enamorado de la vuelta. Cuando uno está muy apasionado por algo transmite eso y lo lleva a que los demás puedan seguirlo”, comenta. Él lidera el grupo junto con los MCs Skinny 93, Despiste MC, Yidaky y DJ Falcon. En los últimos dos años han podido viajar a Bogotá, a un festival latinoamericano de Hip Hop. También estuvieron en Sevilla, Valle del Cauca, en un evento llamado Hip Hop Brasil. Y participaron en la segunda cumbre de Melah, en Medellín. El logro que destaca no es viajar en sí mismo, sino poder representar Moravia en su ciudad y su país.
A partir de esos viajes se han abierto oportunidades para seguir haciendo música. Por ejemplo, se conocieron con El Cepe, de Cuba. Ya presentaron ‘Conectando Sentidos’, una colaboración. Están preparando otra. Pero sus logros abarcan varios planos. Pino resalta los viajes y estas canciones, pero también los ciclos de Cine Hip Hop que hacían en el Taller Tropical de Moravia, en el que no solo veían películas sino que las discutían y analizaban. Se encuentran preparando, además, la séptima versión de Hip Hop a la Plancha, una celebración de la cultura en comunidad.
El contexto en el que surge Moravia City Rappers es el de un barrio multicultural, de todas las formas y colores. Así lo describe Pino: “El rap ha estado presente aquí desde hace mucho tiempo. Entonces nosotros en Moravia City Rappers venimos con esa tradición. Nos motiva la historia del barrio y cómo se desarrolló, como toda esa alegría que hay acá. Queremos representar Moravia”.
Luego de un boom en el rap de Moravia, la agrupación busca devolverle su fuerza a esta música en el barrio. Mencionan a grupos como La Red Underground, Neutral Desorden Cosmos, La Cofradía de los Bardos, La Calle y Mundo Oscurocomo referentes en la historia del rap de Moravia. El epicentro de todos estos grupos fue el Centro Cultural de Moravia. Aunque en la casa de Pino hay un pequeño estudio en su habitación, el centro cultural funciona como la sede de Moravia City Rappers. Ahí se han ganado el respeto de la comunidad y desde ahí trabajan por una de sus metas: crear una escuela de hip hop que abra espacio para niños y niñas que, cuando crezcan, representen al barrio con hip hop.
Moravia City Rappers está compuesto por cuatro MCs y un DJ. Aún así, hay aliados del colectivo que amplían los elementos del hip hop. Bboy Black Bull los acompaña allá donde van, así como Microphone Beat, que hace beat box. Pino El Bardo explica que, por lo pronto, Moravia City Rappers se mantiene en el rap estrictamente. Para expresiones políticas como la siembra, siente que el grupo aún no está preparado. Por eso siguen trabajando para encontrar formas de aportar a su barrio y a su entorno desde el hip hop. No obstante, Moravia, el barrio, es por sí solo un ejemplo de transformación social: pasó de ser un basurero a un barrio estructurado e independiente económicamente.
Empezó como una finca al norte de Medellín, con lagunas y pastizales. Luego el lote fue vendido a la Alcaldía de Medellín, que lo utilizó como basurero municipal. Y entonces construyeron al lado la Terminal del Norte a mediados del siglo XX. Como consecuencia de La Violencia, empezó a llegar un gran número de desplazados. Salían de la Terminal y se encontraban con el basurero y ahí empezaban a trabajar para subsistir. Encontraban comida, hasta objetos valiosos: una historia cuenta que un hombre encontró una vez una muñeca llena de plata.
Estas personas se asentaron en el basurero y fueron construyendo sus viviendas alrededor. Entonces empezó la disputa con la Alcaldía, la resistencia contra los intentos de desalojo, la lucha por el derecho a tener un lugar donde vivir. Las mujeres fueron una columna de resistencia y liderazgo: armaban combites y obras de teatro para recoger fondos para hacer las tuberías y las calles. Se organizaban para hacer activismo contra la reubicación cuando el Estado buscaba sacarlos de allí.
Luego de mucho pelear, hubo un acuerdo: a cambio de construir las calles, las familias pagaban sus casas. Hoy hay varios sectores en Moravia: El Bosque, La Playa, Chocó Chiquito, El Oasis, Fidel Castro, entre otros. Pasó de ser un potrero a un lugar en el que puede incluso uno perderse. Es un laberinto en el que se encuentra de todo. Es como un centro chiquito. Hay personas de la costa Caribe y también de Santander. Hay estudios de tatuaje, carnicerías y odontólogos. Hay de todo: y con Moravia City Rappers, bueno, hay mucho rap.