Periodista: Eliana González
Doy un último vistazo al interior oscuro de una maleta de viaje que me acompañará los siguientes dos días y a la que Apolonia ha decidido apodar ‘El muerto’. Cierro la cremallera y palpo la maleta visiblemente llena y pesada, y la cuál viajará en el interior del baúl del UBER que nos lleva a Sebastián Narváez y a mí, al Parque Simón Bolívar.
He asistido a un sin número de Festivales, pero en mis años de carrera jamás me imaginé asistir a Hip Hop al Parque, mis acercamientos a la cultura no pasaban de aprenderme un par de canciones de Anita Tijoux y Rebeca Lane, cercanas a su vez al feminismo, un movimiento en el que vivo inmersa el 100% del tiempo.
Desde que hago parte de la Familia Melah todo ha sido un descubrimiento, comprender las luchas sociales detrás del Hip Hop, su historia en medio de cambios políticos. dictaduras y opresión, su poder artístico y visceral, que proviene del amor y la rabia, de la indignación y las segundas oportunidades, de la resistencia y del fin del aguante que conlleva a la revolución colectiva. Poco a poco me fui enamorando discretamente del movimiento, observándolo como voyerista desde una esquina, desde el rincón, con sumo respeto de no caer en el estigma, porque al igual que yo, el Hip Hop viene del barrio, de las escenas locales y eso me hacía entenderlo y curiosear de forma lenta, pero respetuosa todo lo que ocurre alrededor de él.
Al bajarnos del UBER nos recibió el barrial que provocó la lluvia del día anterior, no nos hemos puesto de acuerdo, pero ambos hemos asistido al Festival con zapatillas blancas, las cuales poco a poco hunden sus suelas en el lodo con cada paso que damos, y que, se agudiza con el peso del muerto que nos acompaña.
Los policías nos requisan detenidamente, el volumen de la maleta llama la atención, a diferencia de los comerciantes que intentan ingresar botellas de aguardiente para venderlas a $50.000, o aquellos que se meten un plon para que le llegue la música con más introspección, nosotros cargamos con equipos audiovisuales, hacemos parte de los periodistas que se preparan desde temprano para cubrir Hip Hop al Parque 2022.
El Festival de carácter internacional, que en sus inicios llevaba el nombre de Rap al Parque, se realiza en Bogotá desde 1996 y en él se alberga toda la cultura Hip Hop, desde Rap, Break Dance, Dj’s, Mc’s, hasta Grafiti. Por su tarima han pasado artistas como Lil Supa, Canserbero, La Mala Rodríguez, La Etnnia, entre otros.
Llegamos poco después de la presentación de ‘El Kalvo’ quien ha estado lanzando ‘Algarabías’ su último álbum acompañado de un libro ilustrado, que retrata las experiencias personales del artista desde el recuento de acontecimientos cotidianos. Precisamente de ‘Algarabía’ disfruto mucho de una canción sobre andar en bicicleta, él artista no lo sabe, pero yo la escucho cuando pedaleo por Bogotá.
Después de atravesar el Parque, la multitud que se aglomera en las rejas; como si su vida dependiera de ello, un sin número de personas de logísticas dispuesta a examinar nuestras manillas de prensa, una y otra vez sin parar, entramos a un pequeño espacio habilitado para las entrevistas, y en el que, se repetirán un par de caras de periodistas que no abandonan el lugar; ni las sillas, durante toda la jornada, perdiéndose de la mejor parte del Festival, los artistas en tarima.
Después de dividir los equipos, armar las cámaras con sus trípodes y probar el sonido, descubrimos que sólo la mitad de lo que llevamos es realmente útil. Mientras improvisamos entre un cambio y otro de micrófono, damos inicio a las grabaciones de ‘Rimas sin tarima’, al mismo tiempo, corro cada vez que un artista sube al escenario. Paso por el barrial, las rejas, el personal, las manillas y con la maleta pesada en mano llego a uno de los costados de la tarima y grabo a Selene.
Visiblemente emocionada empieza a cantar, sale con fuerza, con ímpetu, pero sobre todo con la expectativa de estar frente a un parque que no para de llenarse, es la primera vez que está en el Festival, es la primera vez que se enfrente a su público.
Su carrera va en ascenso y probablemente este sea uno de los escenarios más esperados para cualquier artista de Hip Hop. Selene es joven, pero cuenta con el apoyo de una escena que la ha visto crecer a pasos agigantados y que sabe que se está convirtiendo en un fenómeno para la industria del Hip Hop en colombiana.
Junto a ella viene Realidad Mental, un artista que domina la escena, que no tiene miedo de saltar al público y mostrar sus heridas, sabe que parte de su reconocimiento viene de la historia que lo acompaña y que ahora compone sus espectáculos. Ha llegado al punto de no tener que contarla, porque sus letras, su música y su trayectoria, hablan por él.
Se queda poco tiempo, el suficiente para prender aún más al público y cantar de la mano de Selene, una artista versátil que tal como él, en el pasado, soñó con que el público tarareara sus canciones.
La gente canta junto a Selene, y ella se despide diciendo que los sueños se hacen realidad, que soñar con estar en el Festival es una meta cumplida y que muchos que la ven ahora, serán los artistas que se pararán a cantar en los Festivales del futuro.
Hip Hop al Parque es el Festival más grande de este género en Latinoamérica y a pesar de la estigmatización que ha sufrido en varias ocasiones, su bajo presupuesto, algunos hechos de violencia y el poco interés de empresas participantes, se ha mantenido durante 25 años.
Tal vez sea por mi novatada en el Festival, pero mi memoria se queda con los más jóvenes, fueron por mucho, a los artistas que más se les notó las ganas de estar allí, de disfrutar cada segundo y vivirlo al máximo, esa energía se transmite a la gente, a los otros artistas y a mí, que no conozco a profundidad la historia, pero que sentí con gran admiración la presentación de una Selene llena de sueños, que aún no se creía la inmensa posibilidad de estar en Hip Hop al Parque.
Así mismo, recibí en medio de la multitud a ‘Trueno’ salió saltando, con micrófono en mano, queriéndose comer al mundo, al festival, a la tarima. La gente gritaba, se aglutinaban, algo estaba pasando en el público. Les gustara o no, había llegado a incomodar un jovencito que la tiene clara.
Proviene de una generación que parece entenderlo todo, que cree que el mundo es ahora, que el mundo no es para los que tienen miedo, pero sí para los que experimentan, para los que se atreven a dialogar con otros géneros, para los que están seguros, que caben en la cultura Hip Hop y nadie tiene el poder de decirles que no.
A lo largo de su presentación hizo reflexiones sobre el cambio climático y la necesidad absurda de la gente de segmentar la escena. No tuvo remedo de pararse en frente de todos a pedir cambios, a creérsela con toda y dejar claro que su show es uno de los mejores. Que el Festival hace lo correcto al recibir nuevas propuestas, y que, aunque respeta la vieja escuela, él también tiene mucho por ofrecer.
Un par de botellazos, gritos buenos y malos, la compañía de un público que en su gran mayoría lo apoyaba y otro sueño cumplido. ‘Trueno’ hizo parte de Hip Hop al parque y nos dejó a todos y todas con la boca bien cerrada, hasta aquellas personas que apenas lo estábamos conociendo.
Así, sin más, vi pasar a dos artistas de lugares de Latinoamérica muy distintos, una colombiana y un argentino, a los que se les cruzó el mismo sueño y que hoy la están rompiendo.
El Festival Hip Hop al Parque tiene cabida para todos, para los artistas nuevos, jóvenes, independientes, también para los que tienen más trayectoria, para los que la han embarrado, para los que vuelven, para los que se van, para los que ya no están y hasta para una periodista que recién llega a la cultura Hip Hop y que acaba de agregar a su playlist, a una buena cantidad de artistas que pasaron por ese escenario¿Acaso esa no es la mayor muestra de éxito para un género, para una cultura? Poner a gente totalmente desconocida a escuchar Hip Hop.